En una empresa de marketing digital con la que colaboro habitualmente, han puesto en marcha un proyecto estupendo y complicado.

Ya sabes que ahora hay que hacer muchas más acciones que antes en los negocios y en mi caso, esta es una de ellas.

Se trata de un evento en el que participan 100 ponentes a los cuales se les entrevista.

Es algo muy complejo, ya que hay que contactar con muchos expertos, concertar citas, grabar entrevistas, editarlas, buscar patrocinadores y un larguisimo, etc.

En este proyecto, yo apenas he participado y hoy era su inauguración.

No he podido evitar hacer las comprobaciones de rigor a las que estoy acostumbrado.

Y he realizado el proceso inscripción para ver si todo funciona correctamente.

Y…!Andaaaa!, resulta que hay fallos en el registro.

El proceso no se realiza de forma correcta.

He avisado al equipo y por supuesto se han tomado las medidas y rectificado el error rápidamente.

…

Pero fijáte bien en la cuestión en sí.

El objetivo de toooodo este proyecto y evento tan complejo, es…

!Captar el email de las personas interesadas!

Todo absolutamente todo, está pensado para conseguir suscriptores, algo que es sumamente valioso en marketing digital.

Y después de todo el trabajo realizado y dificultades…

Después de tanto esfuerzo…

Resulta que el proceso de registro no funciona, nadie se ha dado cuenta de ello y se ha llegado a la inauguración.

…

Y te preguntarás… que para qué te cuento todo este rollo y qué tiene que ver con la hostelería.

Pues tiene que ver y mucho, porque en hostelería ocurre exactamente lo mismo.

Se está tan inmerso en todas las tareas que hay que realizar cada día…

En las dificultades de sacar adelante el trabajo, abrir el local, atenderlo, elaborar los platos, etc…

Que al final, se pierde el foco en lo realmente importante.

Te olvidas de la razón por la que haces todo ese trabajo.

Y es conseguir la satisfacción del cliente.

Un cliente que repita y te recomiende.

No le prestas atención a muchos acciones que tienen que ver con ello y las das por sentado que se realizan, sin comprobarlo.

Y luego la satisfacción del cliente no es la esperada.

…

En el caso de la empresa de marketing, cuando cuentas con la visión de alguien que es ajeno a las dificultades de cada día del proyecto, en este caso, yo…

Cuando cuentas con una visión imparcial, objetiva y a la vez fría, del negocio en su totalidad…

No pierdes tu objetivo final, ni tampoco tu visión a largo plazo de lo que quieres conseguir.

Vuelves a poner en el centro lo que realmente es importante y es el corazón del negocio.

Eso es lo que trabajamos en mi proceso de asesoramiento.

No perdemos de vista el objetivo final de cada día, ni de lo que se pretende conseguir a largo plazo.

Ponemos foco en lo realmente importante.

Y eso facilita enormemente la gestión y los resultados, ya que no te pierdes con las dificultades y problemas que te surgen a diario.

¿Te ha ocurrido esto?

¿Qué has estado totalmente inmerso en el trabajo, en las tareas de cada día que has perdido de alguna forma el objetivo final?

Si es así, cuéntame tu caso y cómo te diste cuenta de ello.