Los empresarios de hostelería somos reaccionarios

Tu cerebro te limita

Estamos programados para la supervivencia

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Es curioso comprobar como nuestro cerebro está programado para el corto plazo y reaccionar a lo que ocurre en el momento en lugar de estar programado para contemplar el medio y largo plazo.

Esto es debido a que el cerebro prioriza la supervivencia frente a cualquier otra opción o estado. Tenemos una programación primitiva que nos condiciona a ello.

En algún lugar he leído que a tu cerebro…. y al mío, le da igual si al acostarte estas triste o deprimido, ya que lo único que le interesa es que estés vivo.

Una prueba de ello es cómo reaccionamos a estos estados diferentes, fíjate…

Si vamos en un avión y hay turbulencias, tus miedos se disparan, tu cuerpo reacciona a ello, te pones en alerta o como mínimo se genera un estado de inquietud, cuando en la gran mayoría de los casos, una turbulencia no va a suponer ningún peligro y es algo bastante habitual.

Sin embargo, si te fumas un cigarrillo, tu cuerpo no reacciona de ninguna forma, no se dispara ningún miedo e incluso algunos pueden que se relajen, cuando las probabilidades a medio y largo plazo de que enfermes son muy altas y el peligro es mucho mayor con diferencia.

Es así como reaccionamos debido a nuestra programación genética que venimos arrastrando.

En hostelería nos ocurre algo muy parecido, reaccionamos ante el peligro o perjuicio inminente de un hecho puntual, tomamos medidas y no contemplamos el resultado a medio y largo plazo que puedan suponer las medidas que adoptemos.

Un caso de ejemplo.

Tenemos un incidente con una reserva que se haga a través de un motor de reservas.

Y tal y como se ha efectuado la operación, resulta que entre el escaso importe de la factura, por diferentes razones y la comisión del operador desaparece la rentabilidad de la mesa.

Ante esto, que es puntual, tomamos medidas para evitar que entren reservas por este medio y optamos por otra solución.

En principio puede ser acertado, pero a la larga, puede que la medida perjudique la entrada de otras reservas que no captarías si no fuera por ese medio, con el consiguiente perjuicio para la rentabilidad.

Otro ejemplo, algo que me pasó a mí.

Imagina que he tenido un problema con una mesa, son seis personas que siento en una mesa en hora punta y cuando se le toma nota, tres no toman nada y piden un vaso de agua.

Tengo mesas en espera que no puedo atender con una mesa en la que la mitad no toma nada.

Les incito a que consuman y entramos en conflicto.

Para que no se repita más una situación así, tomo medidas. No sirvo más vasos de agua gratis a quien no toma nada e implemento que la consumición sea obligatoria si se sientan en la mesa.

He reaccionado a un hecho puntual y no he contemplado los efectos a largo y medio plazo.

Las repercusiones que pueda tener para otros clientes, ni para el personal al verse obligados a implementar una norma conflictiva.

Situaciones similares de reacciones ante hechos puntuales que están muy justificadas, pero que no valoran el medio/largo plazo, las observo de forma continua en mis procesos de asesoramiento cuando trabajo con mis clientes.

Y es que en realidad estamos yendo en contra de nuestro cerebro.

Ahora, que tenemos mucha más información, tenemos la tarea de ser nosotros los que llevemos el control en lugar de dejarnos llevar por la programación de nuestro cerebro, que sin duda alguna en tiempos remotos fue vital para llegar hasta hoy, y que ahora sin embargo supone una limitación.

Piensa que nuestro cerebro también está programado para ahorrar energía, que te muevas solo lo necesario, no pienses, que consume mucha y para engordar, y ahora nos vemos obligados a ir en contra de ello, si queremos precisamente vivir más a largo plazo.

 

Estos temas de mentalidad y control que cada vez tienen más peso en la gestión adecuada del negocios es algo que trabajamos en mi proceso de asesoramiento. Si te interesa saber más, escríbeme a [email protected] y te explico cómo lo hacemos. 

Jorge de la Cruz – #Gastrogestión.

P.D. 

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* Imagen cedida por Pixabay