10 Pasos para crear una carta rentable para tu restaurante


10 Pasos para convertir la carta de tu negocio en una gran vendedora

Carta de restaurante rentable

Da igual el tipo de negocio de hostelería que tengas, tu carta o menú es un elemento imprescindible que debes cuidar como si fuera oro ya que puede ser tu gran medio de venta. De hecho es un elemento muy importante en el proceso.

No solo es una presentación de cómo es tu negocio y de lo que haces similar a una tarjeta de visita, es además para el cliente que te desconoce, su segundo contacto con tu empresa, después de la impresión que ha obtenido al entrar por la puerta y ser recibido.

Es más que un mero listado de productos, es un medio de comunicación con el cliente mediante el cual empiezas a informar de qué es lo que haces y cuál es tu estilo de producto.

Debe por tanto, ofrecer una imagen cuidada y acorde con la filosofía y especialidad del negocio.

Con esto me refiero a que si tu negocio esta enfocado con un estilo informal dedicado a la comida vegetariana, tu carta deberá reflejar ese estilo informal y su contenido ofrecer productos acordes con el tipo de comida en el que estés especializado.

Puede parecer obvio, pero no está demás recordarlo.

Tu mejor herramienta de marketing

Por lo tanto, entenderás que es todo un instrumento de marketing y como tal, para que obtengas los resultados que deseas, se debe pensar, estudiar y elaborar con el máximo esmero del que seas capaz.

Si además no cuentas con un equipo de camareros muy profesional, los cambias con demasiada frecuencia, o sencillamente no son vendedores como debieran, el peso de la carta a la hora de la venta es aún mayor y la necesitas para que ella por si sola realice la labor de vender.

Y como todo, es puro entrenamiento. La carta número 20 te saldrá más vendedora que la primera.

Por esta razón, en este escrito te indico toda una serie de consejos para conseguir que tu carta o menú obtenga los mejores resultados posibles desde ahora mismo.

Primer paso, tu cliente ideal

Antes de empezar a crear tu carta, una vez más, necesitas conocer perfectamente cuál es tu cliente ideal.

No solo lo necesitas para esto, sino también para el desarrollo del negocio. Esto ya lo he comentado en este post en el cual te indico las razones por las que debes conocer perfectamente a tu cliente ideal.

Tenemos que recurrir al conocimiento que tengamos de cómo es nuestro cliente ideal para saber qué le podemos ofrecer.

Recuerda que no es lo mismo un cliente de empresa, que un cliente joven, que familias con niños.

Tendrás que escoger aquellos productos que resulten más adecuados para satisfacer la demanda de tus clientes ideales.

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Segundo paso, elegir qué platos ofrecer

Ya sabemos cuales son las preferencias que tiene nuestro cliente ideal, ahora hay que elegir qué platos ofrecerle y por tanto elaborar.

Siempre pensando en satisfacer a nuestro cliente ideal, pero no por ello debemos olvidarnos de posibles clientes que puedan tener alergias o intolerancias a ciertos alimentos en la medida de lo posible.

Este es un detalle que se agradece mucho por parte de estas personas.

Otro factor importante es el de ofrecer una variedad adecuada de producto.

Cartas con muchos productos con el fin de satisfacer a muchas personas, al final no convencen a nadie.

Y cartas con oferta muy escasa generan sensación de escasez, de falta de interés o de imaginación, lo cual tampoco es positivo para la imagen del negocio.

Buscar la diferenciación

Un aspecto casi obligado a la hora de seleccionar los platos es diferenciarse de tu competencia.

Ofrecer lo mismo que los demás aunque sea a otro precio no te hace para nada atractivo, sino que directamente te incluyen en el montón de los muchos locales mediocres.

Por otro lado, es cierto que lo que no está en la carta no se vende, pero tampoco hay que incorporar todos los productos que puedes ofrecer.

Introducir en la carta de un restaurante todos los tipos de bebidas de los que dispones en todas us variedades puede generar un listado enorme que haga la carta bastante larga y compleja.

En este punto recomiendo la honestidad máxima y ponerse en el lugar del cliente. Informar de aquellos precios que puedan sorprender al cliente por desconocimiento del producto, de su valor y por tanto de su precio.

Con reflejar una selección de productos básicos para que el cliente pueda hacerse una idea del nivel de precios y tipo de producto que ofreces, para que no haya sorpresas a la hora de recibir la cuenta.

Al final, todo este trabajo se realiza con el fin de agradar y convencer al cliente, por lo que se debe buscar la formula para que al final esto se consiga y no haya ningún problema con los precios de los artículos que ofreces por que el cliente no se espera su precio.

Sería una pena echar por tierra todo el trabajo realizado por tener una carta mal configurada que no refleje los precios de forma adecuada.

Otro buen elemento de venta es incorporar algo de innovación en la carta, lo nuevo siempre es sugerente y diferenciador.

Incluir medias raciones puede ser una idea interesante

Plantéate, si tu negocio te lo permite, la incorporación de medias raciones.

Las medias raciones por lo general aumentan el consumo, ya que accedes a un plato que te apetece probar pero que puede que lo rechaces por su cantidad.

También permite aumentar la variedad de lo que se va a comer haciendo más atractiva la experiencia.

Las medias raciones en algunos casos es un buen sistema de venta ya que puedes ofrecer raciones o platos más reducidos.

Se venden más fácilmente al eliminar la pega de la cantidad y dejas las raciones completas para cuando se quiera compartir entre más personas.

Este juego de tamaños en muchos casos resulta rentable, pero en el caso de que te decidas, debes tener en cuenta el coste de su elaboración.

Ya que si la preparación que el plato requiere es laboriosa, tal vez no te sea rentable ofrecer la media ración, ya que el coste de mano de obra será el mismo.

No es lo mismo ofrecer media de jamón ibérico cuya diferencia es cortar más o cortar menos, que ofrecer media ración de un plato que lleve huevos poché junto a otras preparaciones más complejas, por ejemplo.

Si en tu público objetivo hay niños, piensa en realizar un plato o menú especifico para niños pensando en que le resulte atractiva la oferta pero sin olvidar que quien lo va a comprar va a ser los padres.

Lo ideal, una oferta entre comida saludable que le va a encantar a sus progenitores y un producto atractivo que siempre les guste a los muchachos. Si aciertas con la combinación, tienes garantía de éxito.

Una carta bien pensada es una excelente herramienta de marketing Clic para tuitear

Tercer paso, la rentabilidad de cada plato

Una vez que has recopilado los platos que vas a ofrecer, el siguiente paso es comprobar la rentabilidad de cada plato.

Todo lo que ofrezcas en la carta, a parte de sugerente debe ser, sobre todo rentable.

Debes comprobar su rentabilidad mediante el escandallo de cada uno. En este post te amplio información sobre cómo realizar el escandallo y la ficha técnica de cada plato.

Esto es verdaderamente importante y si insisto en ello es debido a las veces en que me encuentro con cartas que incluyen platos que no son rentables para la empresa.

Los platos o productos que ofrezcas, tanto si es comida como si son bebidas, deben estar pensados para ser totalmente rentables, mediante sus cantidades, ingredientes, configuración y presentación, que también influye en el precio final.

Se trata del equilibrio entre todos estos elementos para conseguir un producto lo más acertado posible.

Por lo que no hay razón para incluir productos que no lo sean.

Hay que buscar siempre el equilibrio entre una carta atractiva para tu cliente y su rentabilidad y esto te obliga a repensarla más de una vez.

Si lo que necesitas es configurar un menú de un precio determinado, no te queda más remedio que empezar por el final.

Y en función del precio marcado ir eligiendo el tipo de platos, sus cantidades y sus presentaciones hasta tener un coste que se adecue al precio final para que el resultado sea rentable.

Los menús de degustación suelen ser una oferta rentable que tiene la ventaja de ofrecerle al cliente una combinación adecuada y ahorrarle el tener que pensar y decidir que es lo que va a tomar o probar. El cliente lo quiere todo cuanto más fácil mejor.

Además es una combinación ya pensada y preparada para servir, reduce problemas de stock al saber qué productos son los que van a salir, reduce el riesgo ya que la duda queda en saber que cantidad se va a vender.

Cuarto paso, elegir las fotos

Dependiendo del estilo de tu negocio puede que te interese incorporar fotos a tu menú.

Los establecimientos de cocina de autor no gustan de incluir fotografías en sus menús, y con razón, ya que de alguna forma estropean la sorpresa o el posible impacto de la creación cuando se presenta en la mesa. Su seducción se realiza de otra forma.

Pero no podemos menospreciar el poder de la imagen y su gran capacidad de venta al hacer al producto sumamente atractivo, más que si solo se lo imagina el cliente mediante la lectura.

Por esta razón, puede que te interese incorporar alguna foto de los productos que le de a entender al cliente que es lo que puede esperar y de alguna forma animarle al consumo mediante imágenes sugerentes, que es de lo que se trata.

Recuerda que primero comemos con los ojos.

Pero hay que saber manejar dichas imagenes dentro de la carta.

Deben ser de calidad y no estar presentes en gran abundancia que predominen en toda la carta, de tal forma que impidan leer la descripción del producto.

Lo mismo para los elementos decorativos si quieres presentarla muy vistosa añadiendo otros elementos que la refuercen visualmente.

Una buena idea es escoger una imagen, la más sugerente, de uno de los platos de cada grupo. Como una imagen representativa del grupo.

De esta forma el cliente se podrá hacer una idea más fácil de lo que se le ofrece.

Pero procura que las imágenes representativos se correspondan con los platos más completos o de mayor precio, siempre más sugerentes, nunca escojas la imagen del plato más económico para representar a un grupo de productos.

Las imagenes deben corresponderse con la realidad y deben representar justo lo que se va a servir pero en su mejor versión.

Hay que tener especial cuidado en no defraudar al cliente con lo que se le ofrece si luego no se corresponde con la foto y por supuesto, no debe incluir ningún producto que luego no vaya a ir en el plato.

Carta de restaurante rentable

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Quinto paso, elegir el soporte

Ya tienes la relación de platos y productos que se van a ofrecer. E incluso las bebidas y su presentación.

También has seleccionado las fotos, si has decidido incorporarlas.

Ahora toca decidir la forma en que se va a presentar dicha carta. El soporte.

En función del estilo de negocio podrás optar por escoger una forma u otra. Pero hay elementos comunes que debes tener en cuenta.

Uno de ellos es el coste de impresión o medio de presentación. Y otro, que deben ser cartas sencillas, definidas, claras de leer y de un tamaño manejable.

Si eres un establecimiento basado en producto de temporada que rota su carta con gran frecuencia, no tiene sentido imprimir la carta con materiales resistentes como puede ser menús plastificados de imprenta profesional, ya que el coste al final de año se te va a disparar.

Si por el contrario, tu carta está pensada para todo un año o seis meses, utilizar materiales muy frágiles puede suponer tener que estar renovandola de forma continua.

Si tu carta está destinada a un público de empresa requerirá una determinada presencia, un material acorde con el nivel de establecimiento que quieras ofrecer.

Y si tu público incluye niños, tendrás que escoger un material de lo más resistente, ya que la mancha la tienes garantizada.

Tal vez seas un establecimiento en el cual la innovación es bandera de tu negocio y tal vez te interese ofrecer el menú mediante una tablet que se puede modificar de forma instantánea y ofrece una buena presentación como medio de reforzar tu imagen innovadora.

Reconozco que esto, de momento es poco frecuente, pero quiero que lo tengas en cuenta ya que existen en el mercado tablets de precio muy ajustado y para presentar un menú no necesitas apenas prestaciones técnicas.

Ten en cuenta que también tienen sus inconvenientes, ya que hay que estar pendiente de cargarlas.

Esto ya se usa en algunos establecimientos y el efecto que produce es muy positivo siempre y cuando el menú este correctamente configurado, de forma sencilla y muy intuitiva.

En cualquiera de los casos, el medio va a tener un coste final y este debe ser el más adecuado al tipo de establecimiento y sobre todo debe ser muy práctico.

No hay nada que perjudique más a tu imagen que una carta sucia, manchada, rota, que sobre todo, no invita al consumo, lo cual es peor para el objetivo de la carta que es vender.

Te adjunto este enlace a una empresa especializada en impresión de cartas para restaurantes, aunque hay otras muchas posibilidades aparte de esta.

Carta para restaurante rentable

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Sexto paso, pensar en el diseño gráfico adecuado

Una carta visualmente atractiva tiene un gran poder de venta, pero de lo que no te puedes olvidar es del estilo de tu negocio.

La carta debe tener un diseño gráfico adecuado al estilo del local. Locales informales podrán incorporar atractivas cartas muy visuales.

Locales pensados para familias podrán incorporar cartas divertidas también de gran atractivo visual y con mayor incorporación de imágenes y gráficos.

Locales de más nivel o de autor deberán reflejar en su carta el nivel y tipo de negocio del que se trate.

Recuerda que la carta es una de las primeras comunicaciones con el cliente y que, por lo tanto debe transmitir la imagen que quieres ofrecer.

Debes pensar también en la gama de colores a utilizar ya que unos transmiten unas sensaciones diferentes a otros.

Por ejemplo, los tonos verdes sugieren productos frescos y naturales, ideal para los locales vegetarianos o que apuesten por ese tipo de productos de temporada de forma predominante.

Los tonos naranjas abren el apetito e incitan al consumo. Los tonos azules recuerdan al Mediterráneo, a pescado, a fresco y a verano. Los tonos amarillos resultan muy divertidos y adecuados para los menús infantiles.

Los negros, blancos y grises resultan más elegantes, pero también más sobrios y frios.

Piensa en los tonos más acordes con tu oferta y con tu público ideal.

La distribución, su aspecto gráfico y los colores tienen mucho que aportar al mensaje que transmite una carta vendedora en un restaurante Clic para tuitear

Séptimo paso, pensar la distribución de la oferta

En función del tipo de presentación que hayas elegido, debes pensar la disposición de los productos en el formato seleccionado.

Debes tener en cuenta que una composición adecuada de la carta tiene la capacidad de aumentar el ticket medio de venta.

Se conocen perfectamente las costumbres de los clientes cuando se enfrentan a la lectura de una carta y se conocen las zonas calientes de la composición, aquellas que reciben la primera mirada y aquellas en las que centra su interés.

Por tanto se debe escoger las zonas de mayor visualización para la colocación del grupo que más nos interese potenciar.

Si de lo que se trata es de un menú de degustación tienes pocas opciones ya que no te queda más remedio que enumerar los platos que ofreces en el orden de salida y especificar su precio al final del texto.

Si tu restaurante es de un nivel alto en el cual predomina el interés de la oferta sobre el precio del plato y además seguro que no incluyes fotografías tampoco tendrás demasiadas opciones.

Pero si tienes la posibilidad, en función de si tu carta es de una página, de dos o es un tríptico, localizar las zonas de mayor visualización para colocar en ellas los grupos de producto que más te interese vender y dejando para las zonas menos visualizadas aquellos productos que deban aparecer en carta pero que no necesitas fomentar su venta.

Está comprobado que las páginas impares venden más que las páginas pares. Esto lo puedes comprobar si contratas publicidad en una revista o diario, ya que los anuncios en páginas impares son más caros que en las pares.

Aquí te indico algunos ejemplos de opciones de distribución en función del interés del cliente y cual es el orden natural que sigue a la hora de leer la carta. Se debe tener en cuenta que esto es algo subjetivo y que depende de muchos factores, pero por lo general funciona.

Carta de restaurante rentable

[image_with_text image=’https://jorgecruzmartin.com/wp-content/uploads/2017/12/Carta-una-hoja-una-columna.jpg’ title=» title_color=» title_tag=»] Carta de una hoja y una columna[/image_with_text]

Carta de restaurante rentable

[image_with_text image=’https://jorgecruzmartin.com/wp-content/uploads/2017/12/carta-una-hoja-dos-columnas.jpg’ title=» title_color=» title_tag=»]Carta de una hoja y dos columnas[/image_with_text]

Carta de restaurante rentable

[image_with_text image=’https://jorgecruzmartin.com/wp-content/uploads/2017/12/carta-a-dos-hojas.jpg’ title=» title_color=» title_tag=»]Carta de dos hojas[/image_with_text]

Carta de restaurante rentable

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Carta de restaurante rentable

Octavo paso, la redacción de la carta

En marketing lo llamaríamos el copywriting, la escritura persuasiva.

No lo menosprecies ya que es el elemento final que convence, y el que más contribuye a la venta de los productos.

Esta es una relación de consejos para la mejor redacción de los platos de tu carta:

Consejos:

  • Las descripciones sugerentes de los platos venden más.
  • Los calificativos descriptivos de los productos funcionan, como fresco, delicioso, de la casa, casero
  • Los nombres de los autores de las recetas también resulta atractivos, como «tarta de la abuela» o «pizza Paolo»
  • Indicar la procedencia de los productos si tienen su prestigio, como por ejemplo vainilla de Madagascar, considerada la mejor del mundo o pimentón de la Vera de gran reconocimiento
  • Los términos étnicos como ceviche, yuca, paprika, etc aportan diferencia y evocan zonas remotas siendo más sugerentes.
  • Incluir marcas conocidas de productos que utilices aporta prestigio y fiabilidad al plato, por ejemplo un postre elaborado con Bailey’s o Salsa Perrin’s en la ensalada, o cualquier otra marca reconocida que emplees en la elaboración
  • Los precios deben ir al final de las descripciones y sin resaltar. Colocarlos en la misma línea que el nombre del producto puede evitar que lean tu sugerente descripción por que se la salten
  • No resaltar en negrita el precio de los platos
  • No incorporar el símbolo monetario. Esto te recuerda al dinero y que al final hay que pagar la cuenta y reduce el consumo
  • Los números suelen ser de mayor tamaño que las letras, piensa en reducir en un punto el tamaño de la letra con la que escribas los precios para igualarlos al tamaño de las letras
  • Utiliza cifras redondas, no uses precios acabados en ,99 ya que esta cifra siempre va ligada a las rebajas y eso no es muy positivo para un plato
  • Marca, diferencia o encuadra los productos nuevos, las recomendaciones del chef o los productos más rentables o que te interese vender por ser los más representativos.

Procura evitar las frases negativas o de prohibición ya que al final retraen al cliente de consumir.

No olvides que por ley debes indicar los precios con el IVA incluido y no hacerlo puede parecer tu carta más económica, pero la sorpresa final, estropea toda la experiencia y siempre deja una pequeña sensación de engaño.

Y recuerda incluir la información básica del establecimiento, como la dirección, teléfono, horario, web, etc.

No está demás que si te es posible incorporar recordatorios para que te sigan en tus redes sociales, e incluso códigos QR que faciliten el acceso a las páginas que te interese que tus clientes conecten y te sigan.

Noveno paso, la carta de sugerencias

Plantéate el uso de una pequeña carta de sugerencias, ya que tiene muchas posibilidades y su uso suele resultar muy rentable.

Una carta de sugerencias, para empezar aporta variación y hace más dinámica la carta principal completándola de forma interesante.

Evita que los clientes habituales se cansen.

Te permite ofrecer productos de temporada, productos cuyo coste varíe a lo largo de tiempo de forma considerable lo que te impide incorporarlos a la carta a un precio fijo sin perder.

Puedes ofrecer un producto que hayas adquirido a un precio interesante.

Te permite experimentar con nuevos platos y comprobar la aceptación del público antes de incorporarlos a la carta fija.

Puedes regular el almacén, ya que puedes ofrecer productos a precio interesante, aquellos que por la razón que sea no se han vendido como se esperaba.

Una pequeña carta de sugerencias colocada de forma muy visible y con un coste bajo de impresión ya que su rotación es muy grande suele resultar muy rentable para el negocio, sea del tipo que sea.

Una carta de sugerencias es una herramienta que contribuye a la rentabilidad del negocio en gran medida, con muchas posibiliades Clic para tuitear

Décimo paso, la promoción

Ya tienes tu carta vendedora, sugerente y atractiva, ahora hay que darla a conocer. Esperar que los clientes venga a verla a tu establecimiento no es suficiente, debes promocionarla y no debes perder ocasión para ello.

Te recomiendo promocionarla en las plataformas especializadas como puede ser TrypAdvisor o El Tenedor.

En tu página web si la tienes y en la de Facebook. En el resto de los perfiles de las redes sociales.

En Google My Business, en la página de tu empresa, además de tus magnificas fotos del local, una imagen de la carta para que el cliente pueda hacerse una idea más completa es vital.

Y en la medida de lo posible lo mismo con la carta de sugerencias si su rotación no es excesiva, que siempre ayuda a vender.

Conclusión

Espero que todos estos pasos te ayuden a conseguir una magnífica carta vendedora.

Una carta rentable que te ayude a impulsar tu negocio.

Y sobre todo una carta que consiga satisfacer y enganchar a tu cliente para que vuelva a visitarte, que es el objetivo de todo.


 

Las imágenes son cedidas por Freepik y posteriormente editadas

Me gustaría conocer tu opinión acerca del proceso de elaboración de un menú o carta que venda.

Si crees que se me ha olvidado incluir algún aspecto que consideres de interés, te ruego me lo hagas sabes para tenerlo en cuenta, incorporarlo y poder compartirlo.

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